El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, afirmó que no se tolerarán intentos de desestabilización y pidió al expresidente Morales entregarse a la justicia.
El conflicto interno en el Movimiento al Socialismo (MAS) vuelve a tensionar el clima político en Bolivia. Este jueves, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, lanzó una advertencia contundente al sector evista, liderado por el expresidente Evo Morales, a raíz de la anunciada marcha que prevé movilizarse hacia la ciudad de La Paz.
“No vamos a permitir que la ciudad de La Paz sea convulsionada por intereses personales o políticos. Queremos dejar claro que la población paceña no será rehén de quienes buscan desestabilizar la democracia”, señaló Del Castillo en una conferencia de prensa desde la sede de Gobierno.
El Ministro también se refirió directamente al exmandatario, quien recientemente ha incrementado su discurso crítico contra la actual administración de Luis Arce. “Exigimos al señor Evo Morales que se entregue de manera voluntaria ante las instancias correspondientes. Caso contrario, se emitirá una orden de aprehensión en su contra y se procederá conforme a ley”, advirtió.
La declaración del ministro se da en un contexto de creciente polarización al interior del MAS, partido que actualmente enfrenta una fuerte pugna entre el ala renovadora afín a Arce y la facción evista que aún responde al liderazgo de Morales. En los últimos días, el sector evista anunció una marcha en defensa del «proceso de cambio» y contra lo que considera una «traición» por parte del Gobierno actual.
Del Castillo remarcó que las instituciones del Estado están en alerta y no permitirán bloqueos ni acciones que pongan en riesgo la seguridad ciudadana. “Nuestro deber es garantizar la paz social, el libre tránsito y el orden público. Cualquier intento de subversión será enfrentado con todo el rigor de la ley”, sostuvo.
El expresidente Morales no ha emitido una respuesta oficial a las declaraciones del Ministro hasta el cierre de esta edición. Sin embargo, en sus recientes intervenciones públicas, ha acusado al Gobierno de perseguir políticamente a sus seguidores y de desvirtuar el legado del proceso de cambio iniciado en 2006.
La tensión política sigue en aumento y las próximas horas serán clave para definir el curso de los acontecimientos. Mientras tanto, las autoridades instan a mantener la calma y evitar confrontaciones que puedan escalar en violencia.
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